Teníamos que hacer una comida relacionada con el cuerpo humano, como ideas nos daban: orejas, huesos de santo, brazo de gitano, o un desayuno rico en calcio para los huesos o bueno para el corazón.
Se trataba de un cumpleaños sorpresa y me encargaron dos tartas, como conozco al cumpleañero, sabía que Joaquín Sabina le encanta, además como trabaja en una emisora de radio, los 40 estaban claros.
Me moría de ganas de hacerles fotos a mis macarons, creo que es de los postres más fotogénicos que existen.
Pero desastre; de sabor: me parecieron demasiado dulces, de color: fatal, muy poco intenso, de forma: informes, al menos algunos me salieron con el pie adecuado, lo peor fue que quedaron medio crudos y se pegaban al papel sulfurado, si los dejaba más tiempo se me tostaban y quedaban con un color terrible, aunque se despegaban bien.
Diluvia, ¿nunca va a parar de llover? Sólo se puede, ... hornear y comer.
Comer y comer, total, parece que nunca va a salir el sol; no parece necesario comenzar la operación biquini.